El ‘late night’ de Google: espectáculo frente a producto
El Made by Google celebrado ayer 20 de agosto en Nueva York abandonó el guion clásico de las keynotes tecnológicas para adoptar, sin ambages, el ritmo y la escenografía de un programa de noche. La palabra clave, Made by Google, no solo fue un rótulo: marcó un viraje de formato que colocó a Jimmy Fallon al frente del show, con público en plató, aplausos guiados y una escaleta propia de televisión comercial. En ese marco se presentaron los Pixel 10, Pixel Watch 4 y Pixel Buds 2a, de los que escribimos en profundidad en La Ecuación Digital, junto con una sucesión de piezas grabadas y apariciones de creadores e invitados famosos.
Un Made by Google con formato de plató

La estructura del evento imitó deliberadamente un talk-show: entrevista en sofá al responsable de hardware de Google, Rick Osterloh, conexiones a sets distintos y transiciones pensadas para streaming y clip social, más que para una explicación metódica de producto. La atmósfera, descrita por crónicas especializadas como más televisiva que técnica, desplazó el foco desde la ficha del hardware hacia la narrativa del espectáculo, con segmentos guionizados y guiños al público generalista.
Fallon no fue un cameo: Google lo situó como presentador “oficial” del lanzamiento, un gesto que confirma la intención de ampliar audiencia a costa de la densidad técnica habitual. El papel del presentador se confirmó en los días previos, anticipando un directo “con sorpresas” y “drops” al estilo de entretenimiento.

Pixel 10: especificaciones y precios que quedaron en segundo plano
Bajo el envoltorio televisivo, Google mostró una familia amplia: Pixel 10, 10 Pro, 10 Pro XL y 10 Pro Fold, con énfasis en la integración de funciones de IA y un nuevo chip Tensor G5. Los cambios externos fueron contenidos, mientras que los precios se mantuvieron en rangos similares a los de 2024 —desde 799 dólares para el modelo base y 1.799 dólares para el plegable— y el Pixel 10 incorporó por primera vez un teleobjetivo. La compañía también habló de carga magnética compatible y mejoras de asistencia proactiva. Son datos relevantes que, sin embargo, apenas dispusieron de tiempo frente a los números musicales y los cameos.

Si se atiende al desempeño comercial, la línea Pixel continúa con cuota limitada en el mercado global —en torno al 1,1% en el segundo trimestre de 2025—, con especial presencia en Estados Unidos, Japón y Reino Unido. Este telón de fondo ayuda a entender por qué un lanzamiento que, en otras ediciones, habría priorizado demostraciones técnicas optó ahora por la masificación del mensaje.
Jimmy Fallon y la traducción para el ‘mainstream’
La decisión de usar a Fallon como mediador entre la jerga técnica y la audiencia general se hizo patente en el tono didáctico y en las preguntas de alto nivel (“¿qué significa ‘agentic’?”, “¿por qué importa la IA en el móvil?”). Hubo momentos que ilustraron la fricción entre espectáculo y sustancia: el presentador coreó “IP 68, IP 68” al hablar de resistencia al agua y al polvo, un guiño exagerado a una certificación vigente en la gama Pixel desde hace años, que varios medios citaron como ejemplo de desajuste entre entusiasmo y relevancia técnica.
En paralelo, el evento trufó la escaleta con testimonios de creadores y deportistas, desde podcasters a músicos, y con demostraciones “amables” de funciones de Gemini. El resultado fue percibido por parte de la prensa como un tono “de teletienda” que restó espacio a la explicación de modelos de IA, privacidad en el dispositivo o límites de las nuevas capacidades, cuestiones que el público profesional sí acostumbra a pedir con detalle.
Rivalidad con Apple y mensajes cruzados
El libreto reservó múltiples menciones a competidores y a debates recurrentes en mensajería y ecosistemas. Hubo bromas explícitas sobre el jardín amurallado y guiños a la eterna cuestión de las burbujas verdes, con el presentador preguntando si estaba “permitido” hablar de Apple en mitad del directo. Ese tono de rivalidad ligera contribuyó a la viralidad del show, aunque también dispersó el hilo argumental de producto.
Estrategia de marketing: de la keynote al prime-time

Desde una óptica empresarial, el movimiento encaja con una tendencia más amplia: el declive de la TV lineal ha empujado a las marcas a formatos híbridos que maximizan alcance en YouTube, clips en redes y colaboraciones con perfiles de alto arrastre. La propia naturaleza del evento —pensado para ser “troceado” en decenas de momentos para compartir— sugiere que Google priorizó métricas de cobertura, menciones y recuerdo de marca por encima de la densidad informativa que, tradicionalmente, buscan los profesionales y la prensa especializada.
Este enfoque tiene ventajas operativas (mayor audiencia potencial, construcción de relato transversal) y riesgos evidentes: el ruido del entretenimiento puede tapar la propuesta técnica, dificultar la comparación con la competencia y relegar preguntas esenciales sobre software, seguridad y ciclos de soporte. En otras palabras, el show facilita notoriedad, pero puede dejar sin respuesta cuestiones que influyen en la adopción en empresas y en la toma de decisiones de compra informada.
Qué se contó —y qué no— de la IA en el dispositivo
El hilo de la IA atravesó toda la presentación: procesado de imagen con nuevos modos, funciones proactivas del asistente y promesas de mayor capacidad en el propio terminal gracias al Tensor G5. Ahora bien, apenas se dedicó tiempo a aclarar qué modelos se ejecutan en local, qué cargas dependen de la nube o cómo se gestionan latencias y consumo energético en escenarios reales (traducción de llamadas, ayuda contextual fuera de línea, etc.). Para responsables de tecnología, estos matices son clave: determinan cumplimiento normativo, dependencia de conectividad y costes indirectos de soporte.
En wearables, el Pixel Watch 4 recibió mejoras de pantalla y nuevas funciones con sello de IA, mientras que los auriculares 2a incorporaron cancelación activa y baterías reemplazables. Son decisiones técnicas con impacto directo en mantenimiento y TCO, pero el tiempo en pantalla de estos datos fue escaso frente a la dinámica del plató.
Efecto en la marca Pixel y lectura para el canal
Para el ecosistema de distribución y el canal B2B en España, la lectura es doble. Por un lado, el evento amplía la notoriedad del nombre Pixel y de Gemini a públicos que quizá no seguían keynotes. Por otro, dificulta la tarea comercial de quienes necesitan una narrativa sustentada en cifras y compromisos: años de actualizaciones de seguridad, políticas de reparación, disponibilidad por mercados y calendarios de despliegue. La falta de concreción pública obliga a los equipos locales a suplir con documentación y demostraciones posteriores lo que la gala no detalló.
En mercados europeos, donde la sensibilidad regulatoria sobre privacidad y el cumplimiento con marcos como el RGPD es elevada, la claridad sobre tratamiento de datos en funciones de IA —especialmente las que combinan nube y dispositivo— debería ocupar un lugar principal en cualquier presentación si se aspira a una entrada sólida en entornos corporativos. La producción televisiva, por sí sola, no despeja esas dudas.
¿A quién iba dirigido realmente?
El guion pareció escrito para un espectador nuevo en la conversación tecnológica, con explicaciones elementales y una cadena de cameos que facilitan la atención, pero que no necesariamente orientan la decisión de compra informada. Esta indefinición de “target” —¿audiencia general?, ¿jóvenes de plataformas sociales?, ¿usuarios de iPhone descontentos?— deja la sensación de que el evento priorizó sumar impactos antes que cualificar interlocutores.
La prensa tecnológica lo recogió con contundencia: desde piezas que compararon la experiencia con una sitcom o con un episodio autocontenido de televisión, hasta análisis que valoraron la apuesta como cringe o difícil de ver para quien buscaba sustancia. Al margen del juicio de estilo, el consenso fue que Google experimentó con la forma y sacrificó parte del fondo.
Lo que queda por resolver en los próximos lanzamientos
Para la comunidad profesional y directiva, las preguntas que de verdad mueven la aguja siguen abiertas: matrices de compatibilidad de Gemini on-device; límites de procesamiento local frente a nube; garantías de privacidad diferencial por región; política de soporte de largo plazo para Tensor G5; disponibilidad y servicio en España; y un mapa de interoperabilidad con herramientas corporativas (gestión de flotas, MDM, cifrado). La próxima oportunidad de Google no pasa por más focos, sino por responder, con precisión y en abierto, a estos puntos.
Mientras tanto, el experimento de plató quedará como un hito: un Made by Google pensado para el prime-time, que evidenció el giro de la industria hacia formatos de entretenimiento y, al mismo tiempo, la necesidad de no perder de vista a quienes toman decisiones de compra con criterios técnicos.
A los fabricantes de hardware y software: por favor, no imitéis el formato de Made by Google si ello reduce la claridad técnica. En presentaciones dirigidas a un público profesional, lo prioritario es explicar con datos verificables las especificaciones, metodologías de prueba, límites y dependencias de la IA en el dispositivo, políticas de privacidad y tratamiento de datos (incluido RGPD), calendarios de actualizaciones y soporte, disponibilidad por mercados, interoperabilidad (MDM, cifrado, APIs) y costes operativos. El espectáculo puede generar alcance; la decisión de compra requiere información precisa y demostraciones replicables.