Un Futuro sin trabajo: ¿utopía o distopía?
«Tengo 25 años. Estos próximos tres años podrían ser los últimos años en los que trabaje. No estoy enferma, ni me estoy convirtiendo en ama de casa, ni he sido tan afortunada financieramente de estar cerca de la jubilación voluntaria. Me encuentro al borde de un desarrollo tecnológico que, en caso de que llegue, parece probable que acabe con el empleo tal y como yo lo conozco.»
Así comienza Zack Minor su artículo My Last Five Years of Work donde aborda un tema que podría redefinir nuestras estructuras económicas y sociales: la posibilidad de que la inteligencia artificial general (AGI) elimine la necesidad de empleos humanos tal y como los conocemos. A medida que exploramos este escenario, debemos considerar no solo los impactos económicos, sino también los psicológicos y sociales de una vida sin trabajo.
La Inteligencia Artificial General
Minor trabaja en una empresa pionera en inteligencia artificial y ha sido testigo directo de los rápidos avances en la capacidad de estos sistemas. Actualmente, los modelos de lenguaje son capaces de generar contenido coherente, resumir y analizar textos con una competencia que rivaliza con la humana. Estos progresos sugieren que tareas como la redacción, preparación de impuestos y servicio al cliente pronto serán dominadas por IA, desplazando a millones de trabajadores.
La obsolescencia del trabajo intelectual, señala Minor, está al acecho. Aunque la inteligencia artificial aún no puede escribir libros galardonados ni inventar tecnologías revolucionarias, su capacidad para superar el desempeño promedio de los humanos en tareas cotidianas es innegable y continúa mejorando. En un futuro cercano, la mayoría de las tareas que requieren análisis y síntesis de información estarán automatizadas, afectando gravemente la demanda de trabajadores en estas áreas.
Impactos psicológicos del desempleo
La idea de un desempleo masivo inducido por la IA plantea preguntas críticas sobre la felicidad y el bienestar de las personas sin trabajo. Varios estudios han demostrado que el desempleo tiene efectos negativos significativos en la salud física y mental. Sin embargo, estos efectos a menudo se deben a la inseguridad financiera y la vergüenza social asociada a la pérdida del empleo. En un escenario hipotético donde las necesidades financieras son cubiertas por una renta básica universal, los impactos psicológicos podrían ser diferentes.
Un estudio canadiense durante la pandemia de COVID-19 mostró que los trabajadores temporalmente desempleados no experimentaron un aumento significativo en el estrés. Al contrario, muchos vieron este tiempo como unas «vacaciones forzadas,» apreciando la pausa en el estrés laboral y valorando el tiempo para el cuidado personal y familiar. Esto sugiere que, con el soporte adecuado, el desempleo no necesariamente conlleva un declive en el bienestar.
Redefiniendo el propósito y la felicidad
El fin del trabajo tradicional no implica necesariamente el fin del propósito y la felicidad. Historias de jubilados y estudios sobre el bienestar en la vejez indican que muchas personas encuentran felicidad y satisfacción fuera del ámbito laboral. La clave radica en cómo las personas utilizan su tiempo libre. Actividades sociales, productivas y significativas pueden mantener e incluso mejorar el bienestar.
Además, la automatización no alcanzará todos los ámbitos al mismo ritmo. Profesiones que requieren destrezas manuales delicadas o interacción humana significativa, como la atención sanitaria, la enseñanza y el arte, serán las últimas en ser completamente reemplazadas. Estos «trabajos nostálgicos,» como los llama Minor, mantendrán a los humanos relevantes en ciertos sectores, proporcionando un sentido de propósito y conexión.
Un Futuro sin trabajo: ¿utopía o distopía?
El temor al desempleo masivo provocado por la IA refleja una preocupación profunda sobre la utilidad y el valor humano en un mundo dominado por máquinas. Sin embargo, el ejemplo de las aristocracias históricas, que vivieron sin las presiones del trabajo diario, sugiere que es posible vivir vidas significativas y satisfactorias sin empleo formal. La clave será cómo las sociedades organizan y valoran el tiempo libre.
El filósofo e investigador Iain Banks, en su serie de ciencia ficción sobre La Cultura, imagina una sociedad post-escasez donde los ciudadanos no necesitan trabajar para satisfacer sus necesidades materiales. En este escenario, las personas buscan un propósito a través de la exploración, el arte y la intervención en otras civilizaciones. Aunque esta es una visión utópica, ofrece una hoja de ruta para considerar cómo podríamos llenar el vacío dejado por el trabajo.
El advenimiento de la inteligencia artificial avanzada promete revolucionar nuestras economías y sociedades de maneras que apenas comenzamos a comprender. Si bien la obsolescencia del trabajo plantea desafíos significativos, también ofrece la oportunidad de redefinir el propósito y la felicidad humana en un mundo donde el trabajo ya no es necesario para la supervivencia.
La clave estará en asegurar que las transiciones sean gestionadas de manera que maximicen el bienestar y el sentido de propósito, permitiendo a las futuras generaciones vivir vidas plenas y significativas más allá del trabajo tradicional.