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© 2023. Hernán Rodríguez

Derechos de autor e inteligencia artificial generativa

Los derechos de autor en la encrucijada de la Inteligencia Artificial Generativa

Quedé sorprendido y algo desconcertado al leer las recientes declaraciones de Sam Altman, CEO de OpenAI, en The Telegraph y recogidas también por The Byte de Futurism.com. La posición de Altman sobre la utilización de contenidos protegidos por derechos de autor para entrenar sus modelos de inteligencia artificial, incluido ChatGPT, plantea un debate complejo que afecta a la intersección entre la innovación tecnológica y los derechos de autor.

La Situación Presentada

La afirmación del fundador de  OpenAI, según la cual sería «imposible» crear servicios como ChatGPT sin basarse en obras protegidas por derechos de autor, es, en el mejor de los casos, problemática. Por un lado, la necesidad de alimentar estos sistemas con una vasta gama de datos para garantizar su eficacia es innegable. Sin embargo, esta necesidad choca con un principio fundamental de la creación artística y literaria: el derecho de los autores a controlar y recibir compensación por el uso de sus obras.

El Conflicto de Intereses

Desde mi perspectiva, el conflicto aquí es evidente. Por un lado, tenemos el avance tecnológico y la promesa de una inteligencia artificial cada vez más integrada en nuestra vida cotidiana. Por otro lado, está la protección de los derechos de autor, un pilar esencial para incentivar la creatividad y proteger la propiedad intelectual. La postura de OpenAI parece sugerir que el progreso tecnológico debería tener prioridad sobre estos derechos, una perspectiva que ignora el esfuerzo y la creatividad invertidos por autores y artistas en sus obras.

La Problemática de la Gratuidad

Lo que más me preocupa es la idea de que OpenAI, y empresas similares, puedan utilizar gratuitamente obras protegidas. Esto no solo plantea preguntas sobre la equidad, sino que también amenaza el sustento de innumerables creadores. ¿Cómo pueden competir los autores individuales y pequeños editores con una entidad que utiliza su trabajo sin compensación? La situación planteada por las demandas del New York Times y el Sindicato de Autores refleja una lucha desigual entre gigantes tecnológicos y creadores individuales.

Una Cuestión de Ética y Legalidad

Más allá de la legalidad, que actualmente parece encontrarse en una zona gris, está la cuestión ética. ¿Es éticamente correcto que una empresa se beneficie de obras protegidas sin compensar a sus creadores? La postura de OpenAI sugiere una interpretación de la ley de derechos de autor que muchos podrían considerar demasiado liberal, si no directamente errónea. La ética en la IA debe ir más allá del cumplimiento legal y considerar el impacto en todas las partes interesadas, incluidos los creadores de contenido.

La Innovación y Sus Costes

Es innegable que la IA está revolucionando nuestro mundo, ofreciendo posibilidades antes inimaginables. Sin embargo, este progreso no debería lograrse a expensas de los derechos de los creadores. La innovación debería buscar un equilibrio, una manera de avanzar sin pisotear los derechos de los individuos que han dedicado su vida a la creación de contenido original.

Posibles Soluciones

Una posible solución sería desarrollar modelos de negocios y marcos legales que permitan a las empresas de IA compensar justamente a los creadores de contenido. Esto podría incluir acuerdos de licencia más amplios, sistemas de royalties, o incluso modelos de compartición de ingresos. La clave aquí es el reconocimiento y la compensación justa por el uso de obras protegidas.

El dilema que enfrenta OpenAI no es único en el mundo de la tecnología, pero es indicativo de una tendencia preocupante en la que el avance tecnológico se realiza a menudo sin considerar completamente sus implicaciones éticas y legales.

Como sociedad, debemos preguntarnos cómo podemos equilibrar estos avances con los derechos y el bienestar de todos los involucrados. Es esencial que encontremos un camino que respete tanto la innovación como los derechos de los creadores, garantizando así un futuro en el que la tecnología y la humanidad puedan prosperar juntas.

Los  usuarios de servicios de inteligencia artificial generativa como ChatGPT, Bing o Claude y a la vez consumidores de obras protegidas con derechos de autor, ¿Podemos o debemos tomar una posición al respecto? ¿Cómo nos afecta? Junto con la regulación de la inteligencia artificial, este será un debate que será protagonista en los próximos meses.

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